Los niños son insaciables. Piden historias, relatos, cuentos, anécdotas de cuando ellos eran más pequeños o incluso de cuando lo eras tú. Son como una trituradora de letras, devoran todas las páginas de los cuentos que tienes en casa. Y cuando han acabado con los libros de las estanterías van en busca de tu imaginación.
No te asustes, no corres ningún peligro, porque, aunque no lo creas, tienes una imaginación infinita. Se habla siempre de la creatividad y fantasía que tienen los niños, porque su pensamiento aún está libre de convencionalismos y prejuicios y para ellos nada es imposible. Pero, ¿qué hay del ingenio de los padres, madres, tíos o abuelos que han de entretener a esas pequeñas esponjas de relatos? Pues resulta que también tenemos una imaginación desbordada, sólo hay que ejercitarla un poco.
Por eso, si esta noche no tienes en casa ningún cuento nuevo para leerles, no te preocupes, te damos algunos consejos para ayudarte a inventar una maravillosa historia personalizada para tu exigente público.
Consejos para inventar cuentos para niños
- Deja que escoja a los personajes. El primer problema que te puedes encontrar es el más grave: no se te ocurre nada. Salta la alarma, ahí los tienes con la mirada fija en ti, esperando la historia que les has prometido, y no sabes cómo empezar. La solución es fácil, que lo hagan ellos. Pídeles que elijan al personaje principal de tu cuento.
- No pongas pegas a ninguna propuesta. Prepárate para cualquier protagonista: su jugador de fútbol favorito, una princesa, algún peluche o juguete especial, animales de la selva, pero también cosas como: un cangrejo rosa en una pecera, un coche sin ruedas o mi amigo Lucas. Todos son buenos para empezar una historia, incluso cuanto más raro parece, más sencillo es buscarle una aventura.
- Utiliza los escenarios que más le gustan. Ya tienes el personaje, ahora busca el mejor entorno para situarlo. ¿Cuál es? Pues el que prefiera tu hijo. Por ejemplo, un parque de atracciones, un circuito de carreras, un planeta imaginario, el campo de fútbol de su equipo favorito…
- Una historia sencilla será suficiente. Ahora sí, comienza tu historia. No hace falta que te compliques buscando argumentos muy ingeniosos y complicados. Un relato sencillo con su personaje favorito y en el entorno que más le gusta, seguro que le encanta. Incluso puedes plantear el relato a partir de una situación real que hayáis vivido. Por ejemplo, un día de playa cualquiera se puede convertir en una aventura si, de repente, mientras estáis nadando, un pez globo os pide ayuda: su amigo Balún se ha desinflado y necesita un valiente, con grandes pulmones, que pueda volver a hincharlo.
- Cuentos que ayudan a resolver conflictos. Si te atreves, puedes utilizar tu historia para ayudar a superar algunos miedos o tratar de modificar algunas actitudes. Por ejemplo, la historia de la bella despierta, una princesa que no quería dormir porque siempre quería jugar, pero cada vez estaba más cansada y más enfadada y ni siquiera se acordaba de divertirse.
- Si te quedas bloqueado, pregúntale cómo sigue la historia. Has llegado a un punto del relato del que no sabes salir. ¿Qué haces? Pide ayuda a tu público. Pregúntale a él a modo de adivinanza cómo sigue la historia. La respuesta te puede servir como argumento y, si no te encaja, al menos te habrá dado tiempo para inventar otro.
- No te alargues demasiado. Un cuento de 5 minutos será más que suficiente.
Y ahora ya, anímate, inventa su historia esta misma noche y verás cómo triunfas. A lo mejor aún no lo sabes, pero eres un fantástico cuentacuentos.
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